LAS EDADES DEL HOMBRE. CLAVES DE UNA EXPOSICIÓN PROVOCATIVA

 

Castilla y León redescubren su identidad

a través del relato de su historia artística de salvación

(XXVIII. La Esperanza. Zamora)

 

Desde el año 1988, en la Catedral de Valladolid, de modo ininterrumpido se vienen celebrando las muestras de este singular patrimonio religioso hasta la presente de Zamora, de principios de octubre de 2025 y al  Domingo de Resurrección, abril de 2026 . A lo largo de su trayectoria de casi 30 años, ha atraído más de doce millones de visitantes y ha permitido exhibir más de 5.300 obras de arte en más de 40 templos.

 

El motivo de la actual edición -XXVIII- con el título de "Esperanza" se debe a la temática propuesta por el Papa Francisco para el Año Jubilar vigente. El argumento clave es: este periodo "será un año de esperanza para todo el mundo, que sufre el flagelo de las guerras, los efectos persistentes de la pandemia de COVID-19 y la crisis del cambio climático."

 

Destacamos algunas claves de la muestra iconográfica de Valladolid que han dado la pauta a las sucesivas de Burgos, León, Salamanca, Amberes, Palencia…y la presente de Zamora:

 

La gélida catedral de Valladolid acogió calurosamente el hondón del alma de Castilla a flor de cultura, arte y fe. Después los claustros de Burgos con la exposición documental y bibliográfica, vidrieras de la catedral León y la música, Salamanca morada de contrapunto cultural, Flandes como puente cultural castellano-europeo, Palencia hogar de la catedral, Burgo de Osma la "casa de seis pisos" como modelo de una diócesis 14 veces centenaria,  Encrucijadas en Astorga y el cruce intercultural, RemembranZa en Zamora, Segovia para el 2003, Ávila 2004, Ciudad Rodrigo 2006. El nuevo presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, en su discurso de investidura prometió llevar una muestra a los Estados Unidos para el 2002.

 

Como un alambre eléctrico, así ha golpeado cordialmente las fibras más sensibles de las gentes de nuestra tierra que se han precipitado febrilmente, como imantados por este ventanal de historia viva que representa la exposición.

 

Eugenio D'Ors repetía con frecuencia que: "donde no hay tradición hay plagio". Aquí hemos presenciado el crepitar renovado de esas brasas vivas que luchan por despejar la ceniza de su historia. Volvemos a recobrar nuestro "carnet de identidad", nuestro yo colectivo más auténtico y profundo.

 

Guiados por la magia del icono, contemplando con serenidad que se asombra y dialoga, recorremos los hitos de nuestras "edades" que laten unísonas con las "edades" de Cristo, de la Iglesia. Cual familia que rememora sus acontecimientos más entrañables (gozosos, dolorosos y gloriosos) en un álbum de fotos, así nos trasponemos en la visita.

 

Don Miguel de Unamuno calificó a los castellanos "de alma viva, adormecida tal vez, soterrada, pero viva siempre." (La casta histórica Castilla, página 60) descubriendo su sustantividad en que "con su mística llegó a los profundo de la religión, al reino que no es de este mundo, al manantial vivo del que brotaba la ley social a la roca de su conciencia." (Ibidem, página 79) De este inmarcesible hontanar de cultura y fe, humanismo y arte, han brotado prístinos veneros de vida que reconfortan el agitado vivir de nuestro siglo. Me parece de gran interés hacer memoria de las líneas maestras de la primera exposición, la iconográfica de Valladolid, que marcó los hitos de las siguientes.

 

Un amplio espacio de paz y libertad interior para el amenazado hombre de carne y hueso de nuestros días. Bellamente lo expresa Eliot en los versos que nos dan la bienvenida:

 

¡Silencio! y mantened una distancia respetuosa.

Pues noto que se acerca

la Piedra. Que quizá responderá a nuestras dudas.

La Piedra. El Observador. El Forastero.

El que ha visto lo que ha ocurrido

y el que ve lo que va a ocurrir.

El Testigo. El Crítico. El Forastero.

El Agitado por Dios, en quien la verdad es innata.

 

1.- LABOR DE EQUIPO. Obra de tal envergadura excede la individualidad. Y aquí nos encontramos con la colaboración entusiasta de todos los obispos de la región, las entidades financieras (Caja Salamanca, Junta de Castilla y León), críticos del arte (Martín González, Álvarez Villar, catedráticos de la Universidad entre otros), periodistas y estetas como Jiménez Lozano, especialistas en exposiciones como Dª Eloísa García de Watemberg, diseñador arquitectónico como Pablo Puente, restauradores, fotógrafos, divulgadores... coordinados por el emprendedor y creativo José Velicia, quien ya cruzó el umbral de la eternidad, justo a los pocos días de presentar la última fase de "la casa de seis pisos" en Burgo de Osma, Soria; actualmente ha tomado la posta otro de los pioneros, el P. Antonio Menéndez.

 

2.- VALENTÍA EN LA OFERTA. Apartándose de los tópicos de la cultura oficial, de vanguardia, o de las exposiciones al uso, aglutina arquitectura, escultura, pintura... alrededor de la fuerza del icono que supera escuelas, técnicas y estilos. Desborda el fin mostrativo, aunque lo asume, para evocar, sugerir, narrar y, sobre todo, interpelar.

 

3.- ELEGANCIA EN LA PRESENTACIÓN. Con frecuencia se acusa a los católicos el "no cuidar la imagen, su escaparate". Aquí captamos rápidamente la pasión por la obra bien hecha, el cuidado del mínimo detalle. Desde la nominación de cada capítulo con lenguaje tan sugerente, bello y actual; el Catálogo gráfico a todo color comentado por especialistas de altura; el marco arquitectónico diseñado; la claridad de las bóvedas pintadas; la música ambiental; la iluminación de los iconos que tan cercanos se presentan... Todo ayuda a sentirse a gusto, como en tu casa. A mí me recordó la frase que Cervantes dedica a Salamanca: "que enhechiza la voluntad de volver a ella a todos los que de la apacibilidad de su vivienda han gustado". Quien visita las catedrales de Valladolid, Burgos, León, Salamanca...saca al menos una conclusión: tengo que volver con más calma. Parece que hemos encontrado nuestra morada y "contrapunteados", contrastados con el mundo, lo de fuera, queremos buscar armonías cribando lo positivo.

 

4.- REIVINDICACIÓN Y RESCATE. Sin olvidar a primeras figuras tales como Gregorio Fernández, Mena, Juni, el Greco, se reivindica la obra anónima de artistas que han acompañado a nuestro pueblo en gozos y esperanzas, en sus dolores y sonrisas. De ahí que se presente bajo el simple nombre de "Maestro", de San Pablo de la Moraleja, de Olivares de Duero, de Manzanillo... A veces se desconoce hasta la localidad, como las tallas de "la Anunciación" de Gamonal -Burgos-, o la pareja de Juan Evangelista acogiendo a la Virgen -León-. Entre los maestros rescatados habría que destacar a Teresa Díez, con sus antológicos frescos, Fernando Gallego, Alejo de Vahía... y hasta obras casi descubiertas con ocasión de esta muestra como en el caso del retablo de San Juan Bautista -parroquia de El Salvador, Valladolid-, o "El Juicio Final" -en San Nicolás, Burgos-.

 

5.- FOCO DE ENCUENTRO. Sin apenas medios de comunicación de largo alcance, el anuncio de la muestra se ha dado por vía oral. Las colas formadas desde horas antes de su apertura han sido la mejor propaganda para el millón de visitantes. Sorprendente en una exposición de arte religioso en la que no se ha buscado el reclamo del artista superstar o la obra máxima. De todos los puntos de la geografía española, especialmente castellana, también europea, se han dado cita en Valladolid. Tanto que el ramo de hostelería, ante tal multiplicación de comensales, pidió que se prolongase como exposición permanente hasta el año 2.000. Se ha dado el caso de que miembros de una misma familia, dispersos por toda la península, sin previo aviso, se encontrasen en la catedral.

 

Hombres de toda condición (edad, cultura...) se han ido encontrado aquí. Niños de enseñanza primaria y secundaria a los que se regalaba una atractiva guía didáctica, universitarios con sus profesores, eclesiásticos como el cardenal -en aquel momento- D. Marcelo González con todos los seminaristas de Toledo, literatos como Alberti, Delibes, políticos como Múgica o Aznar... Todos, independientemente de su ideología, han disfrutado aquí. El mismo tono de las conversaciones de los vallisoletanos ha subido culturalmente muchos quilates.

 

6.- HACIA UN GRAN DEBATE CULTURAL. La polémica sobre la ciencia española que agitó el S. XIX y principios del XX español con la Institución Libre de Enseñanza (precisamente en los días de la exposición de Valladolid se ofrecía simultáneamente en el Palacio de Santa Cruz sobre su "Residencia de Estudiantes") y los católicos liderados por Menéndez Pelayo aboca aquí a realidades muy concretas. Para los primeros, si España quería desempeñar un rol en Europa debería cortar con la trayectoria secular católica; para los segundos, si España quería ser algo en el futuro debería ser fiel a su tradición católica.  Juan Pablo II – en sus visitas al suelo patrio hispano- lo proclamó ante los intelectuales en la Complutense: "Tanto dentro como fuera de sus fronteras, España se ha hecho a sí misma, acogiendo la universalidad del Evangelio y las grandes corrientes culturales de Europa y del mundo..." (3-XI-82). Recordemos si no el cisterciense de Santa María de Valbuena, el gótico flamenco que se expone en la mayoría de los capítulos. "La Iglesia -continúa el Papa- ha estado presente en todas las etapas de la gestación y del progreso de la civilización española".

 

La exposición confirma la verdad de estas palabras con esos relámpagos de belleza que, vivos en el santuario iconográfico de la catedral de Valladolid en 1988, han iluminado el cielo cultural castellanoleonés, español, europeo, en las ocho ediciones culminadas hasta la fecha. Todo arrancó en la catedral herreriana de la ciudad del Pisuerga en 1988 con más de un millón de visitantes; le siguió la muestra bibliográfica de Burgos' 90, la investigación de fondos musicales (León'91), el congreso "fe-arte" y la exposición "El Contrapunto y su morada" (Salamanca'93), la vinculación con Europa a través de Flandes (Amberes´95),  la historia de una diócesis en "La Ciudad de los Seis Pisos" (Burgo de Osma ' 97), el proceso de construcción de una catedral en "Memorias y esplendores" (Palencia' 99), "Encrucijadas" (Astorga´2000)  Fue una magnífica preparación para el año de España: 1992, en la que reflexionó sobre sus valores, sobre el sentido último de la trayectoria histórica, pero no para mirarse en su ombligo, sino como trampolín hacia el Tercer Milenio.

 

7.- APROVECHAMIENTO DEL ÉXITO. La honda resonancia cosechada en todos los sectores, ha dado confianza a los organizadores que se han sentido desbordados por la avalancha del público para emprender nuevos proyectos del que éste es paradigmático. Ahí están las exposiciones "Hacia el Tercer Milenio" en Cataluña, el pabellón de la Santa Sede en la Expo de Sevilla, "Cruce de Caminos" sobre el Camino de Santiago... y hasta las espectaculares dedicadas a Felipe II en 1998 y Carlos V en el 2000.

 

8.- CATEQUESIS DE ALTURA. En ningún momento se ha ocultado la finalidad catequética de presentar la historia de la salvación de forma creativa. Los 10 capítulos de la primera muestra responden en el contenido a artículos del Credo Católico y bien podrían denominarse: Dios Creador (I), Dios en la Historia (II), Caminos de santidad (III y IX), Dios Redentor (IV y V), Nuestros modelos: los santos (VI y VII), Los novísimos y la fe militante del barroco (VIII), el gozo de la Resurrección (La Re-Creación, X).

 

La bibliografía ofrecida: el Catálogo, la Guía entregada a cada visitante, el guión práctico y sugerente de "Imágenes de la Fe", las postales, los posters, el cuadernillo didáctico, el vídeo de "Pueblo de Dios" con texto de Martín Descalzo o la Misa retransmitida el domingo 29 de enero... el texto de Monseñor Delicado Baeza "Antesala de la exposición iconográfica", con la ayuda oral de personal especializado, ha ayudado a inocular la vida cultural-cristiana que se ha querido ofertar.

 

9.- EN EL CORAZÓN DE LA EXPOSICIÓN. Después de haber visitado en numerosas ocasiones la catedral, cuesta llegar al final. Siempre me detenía en el capítulo I ante el tapiz de la Redención o ante las filigranas de la arqueta de S. Genadio y la monumental pila bautismal románica. Del capítulo II me atrae la mano suplicante del Cristo de S. Esteban (Segovia), el fascinante apostolado románico de Alba de Tormes, la virgen-trono de Astorga y Nuestra Señora de la Vega (tan cercana en Valladolid y ahora de nuevo en su sitio), la ingenuidad de la Anunciación de Gamonal (Burgos) -en la portada de la Guía-. Y después de esta catarata de sensaciones e imágenes, el oasis del cisterciense en la sala III. Llegamos al corazón, capítulo IV, "El dolor y la sonrisa". La patética imagen de la muerte andante con un féretro en la mano nos recuerda los estragos de la Peste Negra y la amenaza de esta terrible fiera apocalíptica del S. XIV. La respuesta que el pueblo fiel dio la tenemos en la singular hondura de los Cristo góticos sufrientes que inspiran compasión (el de Amusco, el "Ecce Homo" de Prevost...), misericordia ("Ecce Homo" de Morales, "Calvario" de Cuéllar, Segovia), asumiendo e iluminando el dolor. Pero nuestra gente "sonríe aunque sangra su alma" y lanza su mirada a los graciosos y maternales gestos de sus Vírgenes como "Nuestra Señora de la manzana" de Silos (Burgos). El realismo sublime del dolor sonriente, humano y divino a un tiempo, lo encarna magistralmente la pareja escultórica que representa a Juan Evangelista acogiendo a María tras la muerte de Jesús (obra anónima de XIV, León) (El póster más difundido).

 

10.- SANTUARIO DE HUMANISMO. En un momento en que se diseca y reduce al hombre, recordando "el origen del hombre y mirando a Cristo resucitado -anota Mons. Delicado Baeza- (los iconos) le devuelven al hombre su propia estima y una firme esperanza". Uno descubre aspectos esenciales al ser humano, se siente más pleno, más gozoso de ser hombre, "algo tan grande que hasta Dios quiso serlo" (Ortega y Gasset), por eso EDADES DEL HOMBRE.

 

José Antonio Benito Rodríguez

 

Más información: https://lasedades.es/exposiciones/

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