MI FIESTA DE TODOS LOS SANTOS JUNTO A LAS BEATAS MÁRTIRES SALESAS DE MADRID

Día de Todos los Santos, para celebrar la fiesta con los santos del cielo y para pedir la gracia de serlo como desde el Bautismo se nos brindó esa posibilidad. En este pensamiento andaba, cuando me pongo a leer la carta magna sobre la santidad, Gaudete et exultate del Papa Francisco (Roma, 2018) y me detengo en el nº 141:

La santificación es un camino comunitario, de dos en dos. Así lo reflejan algunas comunidades santas. En varias ocasiones la Iglesia ha canonizado a comunidades enteras que vivieron heroicamente el Evangelio o que ofrecieron a Dios la vida de todos sus miembros. Pensemos, por ejemplo, en los siete santos fundadores de la Orden de los Siervos de María, en las siete beatas religiosas del primer monasterio de la Visitación de Madrid….

Instantáneamente veo dónde queda, C/ Santa Engracia, 20, y me brota en el corazón el deseo de ir allá caminando, al tiempo que rezo el rosario, y participo en la santa Misa.  El Monasterio, el primero de España, se ubica en pleno barrio de Chamberí, desde su fundación en 1749. La Orden fue fundada en la ciudad de Annecy (Francia) en el año 1610 por san Francisco de Sales y santa Juana Francisca Fremiot de Chantal. Es de clausura papal, por lo que su vida se desarrolla en el interior del monasterio, sin salir a la calle, sino para lo estrictamente indispensable.

Su contacto con el exterior es muy limitado, pero lo suficiente para estar en contacto con las necesidades del mundo, y "dedicarse enteramente a la oración y a la contemplación del rostro de Cristo, pidiendo por todas las necesidades de la Iglesia". Con su "vida escondida cantan con la Santísima Virgen, en su misterio de la Visitación, el Magníficat a Dios; haciendo de ella un canto de alabanza, y participando de la gratuidad de su respuesta, de la admiración de su alabanza y de su celo por la salvación del mundo».

El templo luce espléndido, claro, radiante. El espectacular retablo central conmueve; los altares laterales dedicados al Corazón de Jesús, San José, los santos fundadores, las beatas mártires… Todo huele a limpieza y santidad. Sobrecoge por la paz, el silencio.

Providencialmente la celebra Mons. César Franco, obispo emérito de Segovia, quien en su sabrosa homilía nos anima a ser santos pues así lo exige nuestro bautismo y porque -según L. Bloy- la "única tristeza de la vida es no ser santo". También nos recuerda los miles y miles de santos anónimos, ya en el cielo, los centenares que él se ha encontrado en la confesión, en la vida diaria y cita a san Bernardo quien enfatiza que la devoción a los santos tiene como razón principal no pedir por ellos pues no le aportamos ninguna gloria sino el ser como ellos, para ser otros cristos, otros santos.

¡Qué bien se entienden sus palabras cuando uno tiene al lado los cuerpos y reliquias de siete beatas mártires religiosas salesas! Todas ellas religiosas contemplativas de la Orden de la Visitación de Santa María, de Madrid, asesinadas en noviembre de 1936: seis en la noche del día 18, y la séptima en la madrugada del 23. Se trata de las hermanas María Cecilia (M.ª Felicitas Cendoya Araquistain), María Inés (Inés Zudaire Galdeano), María Engracia (Josefa Joaquina Lecuona Aramburu), María Ángela (Martina Olaizola Garagarza), María Teresa (Laura Cavestany Anduaga), Josefa María (Carmen Barrera Izaguirre) y María Gabriela (Amparo Hinojosa Naveros).

La comunidad que vivía en el primer monasterio de la Visitación se refugió, en julio de 1936, en Oronoz (Navarra). Pero estas siete hermanas permanecieron en Madrid, refugiadas en un semisótano cerca del convento, que fue saqueado y ocupado el 18 de julio. Después de pasar la noche del 17 al 18 de noviembre en oración, fueron apresadas el día 18 por la tarde, y conducidas cerca de la zona, donde las fusilaron. Una de ellas, la hermana María Cecilia, logró sobrevivir y huyó, sin saber a dónde se dirigía. Detenida de nuevo, fue conducida a la cárcel de Porlier, y asesinada el día 23 junto a las tapias del cementerio de Vallecas.

Beatificadas por san Juan Pablo II el 10 de mayo de 1998, los restos martiriales de cuatro de las hermanas reposan en la cripta del monasterio, mientras que los de las otras tres se encuentran en el Valle de los Caídos.

Me quedo un ratito dando gracias, prolongando la santa Misa, justo al lado de las reliquias de las salesas mártires. Su testimonio conmueve y se torna en un formidable espaldarazo para dar razón de nuestra esperanza, justo en el corazón de este Madrid cosmopolita, pero que sigue manando agua viva del surtidor de sus santos.  

FUENTES:

1.   https://sangreredentora.wordpress.com/2021/05/14/siete-religiosas-de-la-visitacion-de-madrid/

2.https://www.archimadrid.org/index.php/oficina-de-informacion/noticias-madrid/salesas-del-primer-monasterio-de-la-visitacion-con-nuestra-vida-escondida-cantamos-con-la-santisima-virgen-maria-el-magnificat-a-dios

3.   Decidieron salvarse juntas o morir juntas: La historia de las mártires salesas en La Séptima Corona'. https://www.youtube.com/watch?v=v0fDKp9ANAU

 

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